Tratar bien al paciente es lo que ha tratado de inculcar el Dr. Alfredo Martiz desde que asumió el cargo como nuevo director de la Caja de Seguro Social CSS, sin embargo, a algunos funcionarios estas palabras pareciera que les entran por un oído y les salen por el otro.
De esto puede dar fe a quien llamaremos Juan Pérez, quien observó cómo eran tratados los pacientes en el Cuarto de Urgencias del Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid, de la CSS.
Eran las 7:30 p.m. cuando Pérez llegó al Cuarto de Urgencias del Complejo, que más parecía un cuarto del terror.
En este lugar, los pacientes duermen en camillas recostadas a las paredes, otros lo hacen en las sillas mientras reciben su inhaloterapia, mientras son observados de cerca por sus familiares.
Algo que no se puede hacer, y que se lo recuerdan muy bien las auxiliares y enfermeras: "desalojen la sala, aquí no pueden estar", vociferan los llamados ángeles blancos.
La primera atención de Pérez con el doctor fue rápida, lo traumático vino después en el área de inyectable. Él metió su mano en una cajita al lado de la puerta y sacó el número 41, cuando preguntó quién era el último, un paciente le mostró un papelito, era el 34.
Eran las 8:00 p.m., así que procedió a ir al laboratorio donde le sacaron la sangre, el laboratorista dijo: "A las 9:15 p.m. están los resultados.
Así que se sentó frente a la puerta de la Sala de Inyectables, que estaba justo al lado de los laboratorios, a esperar para ver si en ese tiempo le ponían la venoclisis que le había recetado el médico.
Increíblemente, eso nunca pasó, a las 9:05 p.m., el laboratorista lo llamaba para entregarle sus resultados y como el área de inyectable no había avanzado mucho, se fue donde el doctor.
Como a las 10:00 p.m., el médico lo vuelve a atender y luego de leer los exámenes le indica que tiene una fuerte infección en la orina y le receta antibióticos.
Además que debía hacerse un cultivo, pero no había envase para realizarlo, así que Pérez no tuvo más remedio que llamar a un hermano para que se lo fuera a comprar a una farmacia.
Finalmente, como a las 10:30 p.m., llamaron al 41 en inyectable, era su número, le pusieron la venoclisis y el antibiótico. Una vez se acabó la intravenosa, pudo irse a su casa, eran como las 2:00 a.m.
Martiz indicó que hay que trabajar mucho en el tema humano en la CSS y todos los funcionarios tienen que hacer el esfuerzo de ser corteses y gentiles.
Martiz reconoció ante un medio de comunicación que tiene problemas ante la escasez de insumos en la institución que dirige.